Odio leer. Lo odio con todo el corazón.
Odio tener que sentarme a mirar a la maldita página blanquinegra. Odio lo
aburrido que es, y odio ver cómo marchan en fila las letritas como pequeñas hormigas.. Odio el dolor que te da
en los ojos y el dolor de cabeza que te da
cuando lees mucho y cuando piensas demasiado. Es como tener que ponerte abusado
cuando te regañan tus papás. Es peor que mirar a algún político en la tele: hable,
hable, sin decir nada. No hay ni
acción, ni color, ni sonido, ¡ni nada! No se mueve nada;
solo hay palabritas ahí pegadas a la página como bichos muertos
y resecos.
Odio cómo los profes te hacen leer, y luego
te regañan si no lo haces. Quizás, creen ellos que leer es divertido, pero yo
no. Ya están demasiado viejitos como para correr y jugar y cantar y hacer el
amor como gente real y por eso creen que todos tenemos que sufrir como sufren
ellos. Es por eso que nos hacen leer,. y por eso lo odio tanto.
De todos modos, ¿quién diablos lee? No
leen mis papás ni mis parientes; tampoco mis amigos ni los chavos del barrio.
Mira no más a las estrellas del deporte: no leen nunca y ¡son millonarios! No leen los
narcos, ni los jefes del cartel,
ni tampoco estrellas de música. ¡Ni siquiera lee el
Sr. Presidente! ¿Desde cuándo has visto sentarse a leer a alguien en la tele o
en
las películas? ¡Ni soñar! Y en los juegos de video mucho menos. ¡No hazme reír!
La vida te pasa de volada, y si quieres diversión tienes que agarrarlo al
corriente. ¿Quieres que la vida te deje atrás con las narices pegadas en un
libro estúpido? Yo no.
Al fin y cabo, ni te hace falta. En la
universidad, todo lo que tienes que hacer es recordar lo que digan los profes en
las clases y luego repetirlo como perico en el examen y te vas a superar. Y si
logras adivinar las respuestas de los exámenes de opción múltiple nunca vas a
tener que leer ni una palabra jamás. Si te piden un ensayo u reporte, basta
ponerte lambiscón y escribirles lo que quieran. Es que nunca ponen atención
a lo
que escribes, así que con cualquier cosa, siempre que sea bastante largo y con olor a
pura sinceridad, vas a sacar buenas notas. Hasta conozco a alguien que tuvo que
leer todo un montón de libros para una clase, pero resultó que nunca abría ni
uno y aun así lograba sacar una “A” en el curso.
Cuando salga
de la universidad lo único que yo quiero es conseguir una chamba
que me pague mucho, y en donde ¡no tenga que leer!
De cualquier modo, todos saben que “los padrinos” son los que te consiguen buen
trabajo; importa
un bledo lo que sabes. Quizás voy a ser gran
futbolista; ¿Alguna vez has visto a un futbolista leer? ¡Ni modo! O voy a ser
jefe de empresa con escritorio de media hectárea de ancho y un
pelotón de secretarias que me lean todo y que me traigan cosas que firmar.
O quizás voy a quedarme en casa jugando a
juegos de video y fumando mota. No sé. Eso de pensar en
el futuro me da un dolor de cabeza a lo bárbaro. Lo único que sí sé es que odio
leer. Y profe, eso nunca me lo va cambiar.
[Y, ¿qué dices
tú?]