Si
tus papás no están capaces y dispuestos a sostenerte por completo a ti y a tu
educación universitaria, si no te concedieron una Beca Presidencial, si no cuentas con
el apoyo de un benefactor adinerado, a lo mejor vas a
tener que trabajar mientras que estudias. Trabaja la mayoría de los estudiantes
de la UTEP. Sin embargo, el trabajo te puede afectar de manera muy negativa en
lo de tus notas y puede aumentar tus niveles de estrés, así que has de
meditarlo bien.
Si
tomas cinco clases,
estás
en la sala de clase solo 15 horas por semana (salvo en el caso de laboratorios y
ciertas clases de arte [y ESOL]), ¿no es verdad? Y, ¿ no te deja eso bastante
tiempo para el trabajo? ¡ De ninguna manera ! Como hemos notado anteriormente, de
costumbre esperan los profesores que vas a invertir un mínimo de tres horas de
estudio por cada hora que pasas en la sala de clase. Y si lees muy despacio, si
tienes dificultades con una materia determinada, o si estás tratando de aprender
el inglés mientras asistas a
clases, a lo mejor vas a tener que estudiar más de tres horas por cada hora de
clase. Ahora, ponle además 40 horas de trabajo a la semana,
y ¿qué
pasa al sumarse esos números? Los estudiantes que lo han intentado te dirán el
resultado: nada menos que un colapse nervioso mas pésimas notas, mas el costo de
retomar la misma clase una y otra vez. Entonces, ¿qué hacer?
Al
comienzo, has de preguntarte sobre
por qué estas trabajando. ¿Es para la comida y los libros, o para la ropa y el
carro? Como sociedad tenemos mucha conciencia de
las clases
sociales, y es precisamente
por eso, entre otros factores, que vas a la
universidad: con vistas de adelantarte en el mundo. Los estudiantes de hoy suelen manejar
coches más nuevos y más
caros que los alumnos de hace 15 a 20 años, y también gastan más en ropa. Por
supuesto, también
te puede aumentar el estrés en tu vida el
manejar
una chatarra no confiable y que hasta te puede hacer faltar a clases, pero a veces
los estudiantes mantienen
demasiado enfoque sobre su imagen en vez de su educación. Con tu primer trabajo
podrás hacer planes
para adquirir todas esas cosas que deseas, eso ¡luego de repagarse todos esos
préstamos estudiantiles, por supuesto!
Mientras tanto, tienes que encontrar un balance entre las demandas de tu
educación y las necesidades reales de tu vida. Estando
en la universidad, si
trabajas 40 horas por semana nada más para
completar
el pago de
tu coche de último modelo, pues ¡véndelo! ¿Has pensado
en ir y venir con otros, o en usar el camión? Pudieras utilizar ese tiempo que
hubieras gastado tras el volante para leer si no tuvieras que manejar. Si
siempre vas al
centro comercial a fines de semana a comprar ropa, pues en vez de eso vaya a la
biblioteca. Si no puedes vivir sin
comprarte más
ropa, ¿qué tal la tienda de segunda? Puedes hasta
iniciar una nueva onda. Si se
te puede
encontrar haciendo cola
varias veces a la semana en
los restaurantes de comida rápida, pues a empacarte un lonche en la casa.
Algunos libros que te van a exigir en tus clases
estarán disponibles en la biblioteca de donde los
puedes sacar sin costo ninguno en vez de comprarlos. También se pueden conseguir
libros usados en línea. Si sacas buenas calificaciones, vas a poder solicitar
becas. Si te eliminas todos los gastos innecesarios es muy probable que vas a
encontrar .que, a fin de cuentas, no necesitas ese trabajo. La excelencia
educativa trae consigo más tarde su
propia recompensa y, a fin de cuentas, tendrás todo el resto de tu vida para
trabajar. Ahora, has de reservarte todas las horas que puedas para los estudios.
Es muy duro renunciar a un buen cheque de pago ahora en cambio de algo que parece tan lejos
en el futuro, pero valdrá la pena por fin.
Una
vez que te has reducido
tus necesidades hasta lo
mero mínimo y te has aprovechado de todas las oportunidades de ayuda
estudiantil, ¿qué tal si todavía tienes que trabajar? Si a fuerzas tienes que
trabajar para sobrevivir, recuerda que hay algunos trabajos que son mejores que
otros, y hay patrones que son más flexibles y que comprenden mejor tu papel de
estudiante. ¿Qué es lo que hace a
un trabajo mejor que otro? Bueno pues, o
te pagan ahora o te
pagan después. Lo que queremos
decir por eso es que hay trabajos que no pagan muy bien pero que se ven muy
bonitos en tu currículum, que te permiten desarrollar tus capacidades o que te
hacen lucir al graduarte y que te dan una clara ventaja en el mercado laboral
profesional.
Hay otros trabajos que te pagan bien, y ya. Hay estudiantes que
cobran salarios
de profesionista trabajando a
medio tiempo como meseros y meseras. Las propinas
que ganan pueden resultar muy atractivas y bastante lucrativas. Pero, ¿quieres de
verdad pasar tres años extra
en la universidad porque tu trabajo de mesero no te deja estudiar? ¿Qué tal tu
currículum, cuando se indica que tardaste nueve años en sacar tu grado de
universidad y que tu única experiencia práctica es la de servir platos?
¿Qué
tal los patrones? A algunos les importa un pito
si eres estudiante o no. No habrá consideración ninguna por
tu sesión de revisión vespertina ni para ese grupo de estudios a fin de semana
que tanto te hace falta, ni por el
tiempo fuera del trabajo por enfermedad ni por el estrés ni mucho menos para
completar ese reporte investigativo que tienes que entregar para mañana tempranito.
Pero hay algunos patrones que sí les importa. Muchos de los trabajos
“work-study” (trabajar y estudiar) de la universidad misma sí toman en cuenta las
exigencias de ser estudiante.
Hay otros patrones que son flexibles y que te dejan variar tu horario según tus
otras responsabilidades. El trabajo ideal es uno que paga bien, es flexible, y
que luce bien en tu currículum. Sin embargo, si ahora ganas demasiado
corres el
riesgo de que vas a llegar a
pensar que no te
importa tanto
la educación. ¿Y a los 40 años de
edad? Acaso vas a tener
igual grado de éxito trabajando en la construcción o sirviendo
platos? ¿Es lo que quieres hacer realmente con
tu vida?
Por
fin, hay varias otras razones por
reducir las horas que
trabajas. Eso te dejaría
pasar más tiempo
en el campus de la universidad participando
en las organizaciones estudiantiles, para poder tener esas conversaciones filosóficas
profundas con tus profesores y compañeros, para chequear tu e-mail o consultar
con los tutores y asesores. Ese tiempo extra te puede abrir camino hacia un
futuro que ni supiste que existiera. Y, además, ¡te deja más tiempo para
dormir!